El acero inoxidable es resistente a las picaduras, la corrosión por intersticios y el agrietamiento por corrosión bajo tensión, lo que lo convierte en la opción preferida para aplicaciones que requieren resistencia a productos químicos y entornos agresivos.

El acero inoxidable es un material muy duradero y versátil que se utiliza en una amplia gama de aplicaciones, desde aparatos de cocina y piezas de automóvil hasta dispositivos médicos y materiales de construcción. Una de las principales ventajas del acero inoxidable es su resistencia a la corrosión y el óxido, lo que lo convierte en la opción ideal para aplicaciones en las que la exposición a la humedad y a entornos agresivos es un problema. Codo sin soldadura de 45

La gran resistencia y ductilidad del acero inoxidable permiten moldearlo en finas láminas y hojas, que se utilizan en diversas aplicaciones, como componentes eléctricos y electrónicos, implantes médicos e ingeniería aeroespacial.